Nuri efectuó esas declaraciones al inicio de la nueva ronda de examinar su caso en Suecia, en la cual el juez ordenó que se apagara el micrófono del ciudadano iraní.
Sin embargo, siguió hablando en voz alta, denunciando que dado que no tiene acceso a un oftalmólogo, no es capaz de leer los documentos del caso.
“Hace tres años y dos meses que me encuentro bajo régimen de aislamiento; El juez ha declarado que se levantaron las restricciones en mi contra, pero mis llamadas siguen bloqueadas.
En una breve llamada telefónica mantenida el viernes 24 de junio de 2022, Nuri le dijo a su familia que todavía sigue en régimen de aislamiento, a pesar de que en la última sesión judicial, el juez declaró que se levantaron las restricciones en su contra.
De Igual modo, añadió que no se le permite tener acceso a un oftalmólogo a pesar de que sus problemas de visión empeoran.
El ex funcionario persa, también, por primera vez, dio detalles de su tortura física por parte de la Policía sueca, afirmando que tres agentes suecos le habían dado fuertes golpes en la cabeza y las orejas, por lo que todavía siente dolor y problemas en los oídos.
Según Nuri, ninguna organización de DDHH ha visitado ni ha hecho seguimiento de su caso, a pesar de su largo tiempo en régimen de aislamiento.
El empleado jubilado del Poder Judicial de la República Islámica de Irán Hamid Nuri, fue arrestado tras su arribo al aeropuerto de Estocolmo (Suecia) en 2019, acusado, según el tribunal sueco, del papel que desempeñó en las ejecuciones de algunos miembros del MKO en 1988.
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